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Maria Nilce dos Santos Magalhães
15 de julio de 1989

Caso: Maria Nilce dos Santos Magalhães



Columnista y directora de Jornal da Cidade, Vitória, Espírito Santo, Brasil:

1 de abril de 2001
Clarinha Glock

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La averiguación policial sobre la muerte de Maria Nilce dos Santos Magalhães, asesinada a tiros el 5 de julio de 1989 cuando tenía 48 años de edad, permanece en la 1ª Sala Criminal del Tribunal en Vitória, aguardando una conclusión. El 9 de abril del 2001, estaba en la fase de alegaciones finales, con el defensor público. El caso quedó prácticamente detenido hasta diciembre del 2000, cuando fue calificado como ejemplo de impunidad en un informe de la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) de la Cámara de Diputados.

Existen varias hipótesis sobre las causas del asesinato de Maria Nilce. Además de los rumores que pueden haber exacerbado la sensibilidad de muchas personas, la columnista amenazó que revelaría los nombres de policías relacionados con el crimen organizado y con el tráfico de drogas.

Su personalidad fuerte y contradictoria atrajo enemigos

Residente en una pequeña ciudad del interior de Espírito Santo llamada Fundão dos Índios, Maria Nilce tenía novio y estaba comprometida cuando empezó a enviarle cartas al joven periodista Djalma Juarez Magalhães, de A Tribuna, en Vitória. Los dos terminaron enamorados. Maria Nilce tenía 18 años y él 31 cuando se casaron. Djalma llevó a Maria Nilce al periódico. Ella trabajó como columnista social hasta que fue despedida. Djalma siguió los pasos de su esposa y salió de A Tribuna.

La familia pasó por dificultades económicas hasta que la pareja decidió abrir el Jornal da Cidade. Con un estilo agresivo, la columna de Maria Nilce en el nuevo periódico, la hizo popular. La acusaban de usar su espacio para extorsionar a los que rehusaban poner publicidad en el periódico.

Inevitablemente, el contenido de la columna de Maria Nilce involucraba a sus hijos: Milla, 24 años; Paloma, 21; Fernanda, 27; Djalma Filho (Juca), 23 y Melissa, 12. "Muchas veces, cuando yo iba con mi barra a una fiesta, tenía que informarme antes si la persona era enemiga de mi madre", recordó Juca, ahora de 35 años. Otro tanto eran las llamadas anónimas y las bromas. Juca se acuerda de su madre aparatosa, de genio difícil, autoritaria y políticamente de derecha. Consideraba a su padre muy pasivo frente a ella, aunque estuviera en desacuerdo con su forma de actuar. Era permisivo.

Maria Nilce nunca comentó con sus hijos sobre eventuales amenazas de muerte. De los cinco, Milla, que estaba con ella cuando fue asesinada, era la más próxima. Además de ser su compañera de gimnasia, trabajaba con ella organizando eventos, atendía una papelería y una galería de arte y participaba en el departamento de suscripciones del periódico. Milla no fue alcanzada por las balas de los asesinos de su madre porque el arma de uno de los tiradores falló. Después del crimen, no consiguió recordar el rostro de los asesinos, pero se sorprendió cuando una pareja, que decía estar en el gimnasio ese mismo día, hizo un retrato hablado de los pistoleros. Según Milla, la pareja dijo que trabajaba en un bar nocturno, por lo tanto consideró que era difícil que estuvieran en el sitio del crimen tan temprano en la mañana. Milla nunca los había visto en el gimnasio.

Tras el asesinato, Djalma siguió recibiendo amenazas. Juca estaba con su padre cuando advirtieron que un automóvil los perseguía, en lo que creen fue un intento para asustarlos. Según Djalma, la habilidad de su conductor evitó que murieran. El periodista denunció el incidente en la policía y solicitó protección. Dijo que un integrante de la organización Scuderie Detetive Le Cocq* le aconsejó salir de la ciudad.

Milla salió del país y reorganizó su vida en el exterior. "Pienso que mi madre fue asesinada debido al odio que la comunidad en Vitória sentía por ella", dijo a la Unidad de Respuesta Rápida (URR). "Ella podía tener todos los defectos, puede haber errado con nosotros por no habernos dado mucha atención, pero yo la consideraba la madre más linda del mundo y una persona extremadamente fuerte, talentosa, con una vocación muy grande para hacer negocios y ganar dinero".

Su hija la describe como una mujer extrovertida, vanidosa, generosa (ayudaba a un orfanato y adoptó a Melissa como hija) alegre, que sabía contar chistes y le gustaban las artes, bailar y cantar. Su esposo añade, "Ibrahim Sued (columnista social) estaba loco por ella. Maria Nilce participó como jurado del programa de Chacrinha (presentador de televisión muy famoso en la época).

Cuando Maria Nilce murió y los empleados del periódico fueron saliendo, Milla empezó a escribir una columna, pero no siguió en la actividad. Juca cuenta que después de la muerte, la situación económica de la familia quedó afectada. Sin anunciantes, con el miedo instalado entre la familia y los empleados, el Jornal da Cidade dejó de funcionar. Muy abatido sicológicamente, Djalma pasó un tiempo lejos del estado, cuidando su salud. Los archivos con los ejemplares del periódico que sobraron (algunos habían sido recogidos por la policía) fueron donados a la Biblioteca Pública Municipal.

Milla admitió que había mucha gente a quien no le agradaba Maria Nilce. Pero nada, en su opinión, explica el crimen. "Todo ser humano tiene derecho a la vida. En el caso de mi madre, las personas ven sólo sus defectos, eso no justifica la muerte y no es de esa manera que se llegará a los verdaderos culpables".

Eran tantos los desafectos de Maria Nilce que las investigaciones policiales inicialmente quedaron concentradas en los líos armados por ella, que incluía peleas con miembros de todas las clases sociales, al punto de que en Vitória, familiares y amigos, creen en la hipótesis de que un grupo de enemigos habría tramado el crimen.

Las peleas en general eran el resultado de comentarios malintencionados y prejuiciados que escribía en su columna social en Jornal da Cidade y de las reacciones exageradas en sus relaciones personales. Debido a su comportamiento, muchos colegas limitaban su relación con Maria Nilce, mientras que algunos miembros de la sociedad de Espírito Santo la trataban con resentimiento.

La policía investigó algunos de esos casos, como el del peluquero Francisco Xavier Quintanilha, conocido como Michel. En su columna Maria Nilce escribió muchas veces contra los homosexuales. Durante una entrevista en la TV Manchete, Michel, conocido homosexual local, dijo que no se molestaba por las críticas de "cualquier periodista frustrado". Más tarde, ese mismo día, según Michel relató a la policía, Maria Nilce fue a pedirle explicaciones "armada" con un rodillo de amasar y acompañada de su chofer quien portaba un revólver.

Fue así también con la comerciante Georgina Guimarães da Costa, quien intentó cobrarle a Maria Nilce una deuda por la compra de mercaderías en su tienda. Da Costa le contó a la policía sobre una llamada en que Maria Nilce habría dicho que ella estaba "presa en su cajón" e intentó negociar solamente parte de lo que debía. Georgina acusó a Maria Nilce por agresiones morales que había publicado en el periódico.

El periodista Jorge Luiz dos Santos, por su parte, se desentendió de Maria Nilce cuando dejó el Jornal da Cidade para trabajar en el periódico O Diário. Santos fue atacado por Maria Nilce. Una foto suya fue publicada en el periódico con un sugestivo pie de fofo que insinuaba que el padre de Santos era pistolero y su madre prostituta. En la misma época recibió amenazas telefónicas.

Fueron conocidas también las divergencias entre Jadyr da Silva Primo, dueño de una joyería y Maria Nilce. Primo presentó una denuncia contra la columnista por "calumnias" publicadas en el periódico en marzo de 1989, cuatro meses antes de la muerte de Maria Nilce. Una de las notas lo acusaba de estar relacionado al contrabando, bingos y con la "Turma del Tambor" (grupo que se reunía para beber y que según Maria Nilce, sólo hacía ruido). La columnista respondió que las notas eran una broma y acusó a Primo de haber provocado un "acto de terrorismo" durante un almuerzo en el Día Internacional de la Mujer (promovido por Maria Nilce) cuando dos travestis aparecieron por el lugar donde se realizaba el evento. Venganzas de ese tipo se repitieron. Los amigos de Maria Nilce se acuerdan de un cumpleaños de la columnista en que le enviaron de regalo una torta rellena de excrementos.

Comerciantes y empresarios eran el blanco constante de sus burlas y críticas. Maria Nilce, por ejemplo, apodó al empresario Elias Breda como "burro del Palacio del Café".

El exportador de café y cónsul de Finlandia en Espírito Santo, Gilberto Michelini y su esposa, Maria Diva, rompieron su amistad con la columnista por las notas publicadas en Jornal da Cidade. Una de ellas insinuaba que su hija Andréa no era hija legítima de la pareja. Ambos fueron señalados como sospechosos de ser los autores intelectuales de la muerte de Maria Nilce.

Michelini aseveró que su familia estaba nerviosa y había solicitado protección policial porque desde mayo de 1989 recibía cartas y llamadas con ofensas y amenazas de extorsión y sobre el secuestro de su hija Andréa. El comisario Josino Bragança descartó a los Michelini como sospechosos. Posteriormente, el comisario Cláudio Guerra y los Michelini se acusaron mutuamente de que uno había intentado sobornar al otro para obtener las acusaciones.

En el periódico de Maria Nilce se comentaba, en tono de burla, sobre la ropa de mujeres y los entretelones amorosos de integrantes de la alta sociedad de Vitória. En una de las notas, la periodista acusaba a una "socialité" de querer quitarse el marido entre las mujeres. A la ex mujer del gobernador Elcio Alvarez le llamó la "Cogedora del Palacio Anchieta".

La columnista aplaudió el cierre del casino del presidente de la Asamblea Legislativa, diputado José Carlos Gratz y defendió el fin del juego del bicho (una especie de lotería ilegal en Brasil). Grazt había trabajado como banquero del juego del bicho y en los años siguientes demostró su fuerza política. A su fiesta de cumpleaños y de su esposa en 1998, asistió el juez Wellington da Costa City presidente del Tribunal de Justicia.

No era raro que Maria Nilce se desentendiera con alguien que no quisiera poner publicidad en su periódico – ella cuidaba la venta de anuncios. Algunas de esas personas, sintiéndose presionadas, llegaron a amenazarla de muerte, según Djalma.

Más de una vez, Maria Nilce lanzó críticas contra la llamada "Turma do Tambor". Según su esposo integraban el grupo, entre otros, el columnista social Hélio Dórea, el presidente de la Asamblea Legislativa de Espírito Santo, Gratz, y el empresario José Alayr Andreatta.

Maria Nilce tuvo una desavenencia con la mujer de Andreatta, Sueli. La columnista escribió una nota el 1 de marzo de 1988, relatando que Sueli casi la había atropellado cuando pasó frente a ella mientras trotaba en la Plaza de Camburi. Desde entonces llamaba "travesti" a Sueli.

Andreatta también fue señalado como autor intelectual por la muerte de Maria Nilce, según el informe de la Policía Federal. La URR intentó localizarlo para una entrevista, pero no tuvo éxito. Andreatta aseveró que trabajaba como corredor de bienes raíces, pero su inscripción en el consejo profesional había sido suspendida. Dijo ser miembro del Sistema Nacional de Información (SNI), hecho que negó el jefe de SNI. En 1984 estuvo preso por haber disparado dentro de un bar y herido a una persona. El juez Geraldo Correia Lima intercedió en su favor. Tiene también procesos en comisarías de Río de Janeiro, donde mantenía una casa de masaje, y en Vitória.

Documentación encontrada en su casa muestra una relación próxima entre él y Correia Lima. En 1986, cuando fue acusado por transacciones ilegales con vehículos robados, fraude y asociación ilícita , Andreatta obtuvo un habeas corpus firmado por el juez Correia Lima y Antônio José Miguel Feu Rosa. Las investigaciones de la policía indican que Andreatta habría usado el nombre de Correia Lima para alquilar el avión utilizado en la fuga de los asesinos de Maria Nilce.

Las investigaciones fueron perjudicadas por la propia policía

Las investigaciones sobre la muerte de Maria Nilce fueron escenario de un curioso y confuso embate entre los policías encargados del caso. La averiguación acabó siendo transferida a la esfera federal, a pedido del Ministerio Público, debido a las irregularidades. Las investigaciones involucraron en el crimen a los ex policías Elpidio Motta Coelho y Rubens Banhos Pereira, Carlos Roberto Mattos, Antonio Villela, Pedro Jorge de Paula y José Sasso. La Policía Federal también llegó al nombre del sospechoso Andreatta como el instigador que habría utilizado al ex escribano de la policía Romualdo Eustáquio da Luz Faria para contratar a los pistoleros. El diputado Gratz, actualmente presidente de la Asamblea Legislativa, fue mencionado como fiador de Andreatta.

La averiguación federal reveló que una de las armas recuperadas a Andreatta pertenecía a Correia Lima. Según el informe, Andreatta contrató el avión para la fuga de los pistoleros usando el nombre de Correia Lima. A pesar de todas las evidencias, nadie ha sido condenado.

Hasta llegar a esos nombres, la averiguación pasó por dos comisarios de la Policía Civil de Vitória. El comisario Josino Bragança, que la presidió inicialmente, tuvo el apoyo del comisario Cláudio Guerra. Bragança dijo que él y Guerra recibían amenazas por teléfono para que abandonaran el caso. Varios testigos también afirmaron haber recibido amenazas de muerte.

Poco tiempo después de iniciadas las investigaciones en el estado, los periódicos de la época anunciaron que el caso estaba prácticamente resuelto. En entrevista a la prensa, Guerra y Bragança informaron que la muerte de Maria Nilce involucraba a 12 personas y que se habían utilizados tres automóviles. Los acusados serían también responsables por otros crímenes en el país. Fue solicitada la custodia preventiva de los sindicados. Luego Guerra y Bragança entraron en contradicciones. Bragança acusó a Guerra de manipular las investigaciones y de haber filtrado información a la prensa.

Uno de los incidentes para la salida de Guerra del caso fueron las declaraciones del ex policía Valdir Bento de Oliveira. El 26 de julio de 1989 Oliveira declaró conocer a los que participaron en el crimen. El 8 de agosto del mismo año negó todo y dijo que la firma en la declaración no era suya. Afirmó que fue presionado por el comisario Guerra y por otro policía, Charles Roberto Lisboa.

El comisario fue retirado del caso. Después de la salida de Guerra, Bragança redactó un nuevo informe, eliminando a los sospechosos iniciales y manteniendo la acusación solamente sobre uno de ellos, Carlos Roberto Mattos, quien estaba prófugo y que había sido reconocido en una fotografía.

La averiguación pasó a la esfera federal. La policía pidió la prisión preventiva del pistolero José Sasso y del policía César Narcizo, acusados de haber sido los asesinos materiales. También pudieron vincular al crimen al piloto Marcos Egydio da Costa y al ex escribano de la Policía Civil, Charles Roberto Lisboa, quien inicialmente formó parte del grupo que investigó el caso con el comisario Cláudio Guerra. Lisboa fue acusado por haber conseguido el automóvil para los pistoleros y el piloto Marcos Egydio por haber transportado a Sasso hacia Río de Janeiro después del crimen.

En noviembre, el comisario federal Pedro Berwanger pidió la prisión preventiva de Andreatta y Romualdo Eustáquio da Luz Faria, el "Japonés", acusados de ser los instigadores del crimen. Da Luz Faria fue encarcelado. En diciembre, todos fueron liberados.

En el 2000 el caso fue nuevamente noticia debido a la CPI (Comisión Parlamentaria de Investigación) sobre Narcotráfico. Cuestionado por la URR sobre las conclusiones de la CPI que mencionaron su nombre con la muerte de Maria Nilce, por su amistad con el acusado de ser el autor intelectual, el diputado Gratz, comparó el informe de la Comisión, en lo que se refiere a Espírito Santo, a un "papel higiénico usado". Afirmó conocer a Andreatta, pero dijo no tener conocimiento oficial sobre el informe. Cree que es víctima de adversarios políticos. "La CPI es una farsa nacional", acusó Gratz. "Sacaron la averiguación de que fui banquero del juego del bicho hace 12 años. No tengo ninguna relación con el juego desde hace más de 10 años. Si la tuviera, hablaría". Niega con vehemencia la existencia del crimen organizado en el estado.

El ex comisario Guerra, actualmente director de medio ambiente de la organización no gubernamental Clean Up, con sede en Vitória, es instructor de buceo y de primeros auxilios, además de socio de la Escuela de Buceo Vila Sub. Dijo a la URR que vive ahora solo para sus hijos y los nietos. Para Guerra, las acusaciones en su contra son el resultado de las enemistades debido al trabajo realizado en su carrera. Señaló que son infundadas y agregó que fue acusado por recibir armas de contrabando, cuando realmente las adquirió como parte de una operación encubierta patrocinada por el extinto Servicio Nacional de Informaciones (SNI), acción que se realizó con conocimiento de la Procuraduría de la República.

Guerra alega que participó de las investigaciones del caso Maria Nilce porque fue llamado por el propio secretario de Seguridad. "Llegué al pistolero que mató y, probablemente, hubiera llegado a los autores intelectuales, pero fui impedido de proseguir con las investigaciones", afirmó.

Dificultades para la aclaración del caso

- Corrupción policial y presión política.

- Miedo de los testigos y contradicciones en las declaraciones.

- Amenazas de muerte a testigos, comisarios y policías encargados de indagar el caso.

- Irregularidades cometidas en la averiguación: declaraciones falsificadas, no se recuperaron las armas.

- Los fiscales del Ministerio Público del Estado de Espírito Santo designados para la averiguación policial estatal, se alejaron por no concordar con la fragilidad de la averiguación y de los indicios. El caso pasó a la esfera federal.

Maria Nilce andaba aprehensiva antes de su muerte

El esposo de Maria Nilce, Djalma, estaba en Río de Janeiro el día del crimen a donde había ido a hacerse unos exámenes médicos. Era diabético y necesitaba consultas periódicas. Cuando recibió el mensaje de su hija sobre el atentado que había sufrido su esposa, alquiló un automóvil porque no pudo conseguir boleto de avión y viajó hacia Vitória.

Recién después de la muerte de Maria Nilce, Djalma se dio cuenta del raro comportamiento que tenía su mujer, días antes del crimen. Descubrió que su esposa había comprado recientemente un seguro de vida. Empleados de la casa, acostumbrados a las explosiones de su patrona, recordaron que en aquella época andaba menos agresiva y más relajada, aunque días antes de su asesinato parecía preocupada y evitaba salir por la noche. Maria Nilce no comentó con nadie de la familia sobre el asunto. "Creo que alguien pudo haberle hecho confidencias", dijo su esposo.

Antes de su muerte, Maria Nilce había organizado una cena a la que invitó a algunos policías federales. Entre ellos, estaban el superintendente de la Policía Federal de Río de Janeiro, Fábio Calheiros y el superintendente de la Policía Federal de Espírito Santo, Oscar Camargo Filho. Según Djalma, Maria Nilce dijo que anunciaría una "bomba" capaz de escandalizar a la sociedad y que iba a alcanzar al diputado Gratz y a Primo.

Casi un mes antes del asesinato, hubo un robo en la casa de Maria Nilce, pero sólo sus cajones fueron revisados. Se registró el robo de dólares. El periódico Jornal da Cidade ya había sufrido represalias por sus publicaciones. El 14 de septiembre de 1983 explotó una bomba en su redacción. Maria Nilce había tenido un altercado con Carlos Guilherme Lima, presidente del Banco del Estado do Espírito Santo (Banestes). Lima dijo a la policía que la pelea empezó cuando él se negó a pagar publicidad o a subscribirse al periódico. Entonces Maria Nilce publicó una nota sobre el balance económico del Banestes del que dijo había que sido adulterado para mostrar un lucro ficticio. Lima recurrió al Ministerio Público que inició una averiguación policial sobre las denuncias de la noticia y luego María Nilce fue obligada a retractarse. Durante una entrevista en la época de la explosión del Jornal da Cidade, Maria Nilce aseveró que el culpable era el presidente de Banestes, quien a su vez, acusó a la periodista de beneficiarse con el seguro.

En los últimos tiempos, Djalma y Maria Nilce discutían sobre el futuro del periódico. Maria Nilce quería fundar un semanario. Djalma prefería hacer inversiones en la modernización del Jornal da Cidade.

El temperamento explosivo de Maria Nilce hizo que tuviera muchos enemigos, pero también amigos fieles. El fotógrafo Heitor Bonino de Freitas Pacheco la conocía desde hacía 20 años y no recuerda que Maria Nilce tuviera alguna preocupación. En víspera del asesinato, la columnista social le había llamado para informar que iba a Río de Janeiro a comprar un equipo musical para el hijo. "Ella no tomaba en serio el peligro que corría por sus comentarios en Jornal da Cidade", dijo Bonino.

Su forma de actuar dividió a los colegas. El periodista Rogério Medeiros, actualmente director de la Revista Século, recuerda que Maria Nilce era un éxito editorial, sabía ganar dinero, pero era atrevida y cometía errores. "Era un riesgo inmenso para la élite de Espírito Santo, que tenía interés en alejarse de ella", afirmó Medeiros, ex presidente del Sindicato de los Periodistas de Vitória y ex vice alcalde de la Capital. Según Medeiros, es muy bueno para la propia élite decir que un juez (Correia Lima) y Andreatta podrían ser los autores intelectuales. "Los sindicatos no se manifestaron y la gran prensa prefirió ignorar la muerte de Maria Nilce porque ella era un inconveniente. Eso contribuyó para que la élite saliera impune", agregó.

Algunos periodistas de Vitória se callaron por miedo. El fotógrafo Romero Mendonça, 47 años, trabajó sobre el caso Maria Nilce para el periódico A Tribuna. El estaba en la puerta de la casa del comisario Guerra y vio al pistolero Sasso salir del apartamento del comisario, sin grilletes, después de hacer declaraciones. Mendonça fotografió al pistolero, a pesar de haber sido amenazado por éste. Al día siguiente, el fotógrafo casi fue alcanzado por un disparo hecho por un integrante del equipo de Guerra, mientras estaba en el patio de la jefatura de policía. Los policías alegaron que fue un accidente. Posteriormente, Mendonça supo que un desconocido rondaba su casa y recibió llamadas anónimas amenazantes. Padre de dos hijas, el fotógrafo, con 28 años de experiencia, abandonó el trabajo después de ese caso.

Otros crímenes relacionados

El asesinato de Maria Nilce forma parte de un juego de poder en el que las piezas se repiten. El abogado criminalista Carlos Batista de Freitas, encargado de la defensa de José Sasso y César Narciso da Silva, acusados de ser los pistoleros que asesinaron a la columnista social, desapareció en enero de 1992. En la averiguación para avanzar en el caso, se observó la manipulación de la información para impedir descubrir el nombre de los autores intelectuales. Existe una coincidencia sobre nombres de ejecutores e intermediarios que tienen un denominador común: la organización Scuderie Detetive Le Cocq.

Los primeros comisarios encargados de investigar la desaparición de Carlos Batista, Julio Cesar de Oliveira Silva e Ismael Foratini Peixoto de Lima, fueron alejados del caso. El comisario de la Policía Civil, Francisco Vicente Badenes Júnior, que los sustituyó, pidió el procesamiento de ambos, debido a su relación con el crimen organizado. Badenes constató que la desaparición de Carlos Batista era resultado, no solamente del crimen organizado, sino de una organización interesada en "despojar al erario público estatal, asumiendo el control político de alcaldías y sindicatos en Espírito Santo". Ese grupo recibió el nombre de "Mafia Serrana".

El informe de Badenes dice que el grupo cuenta con la colaboración de funcionarios públicos corruptos en todos las áreas para cubrir el asesinato de líderes sindicales, alcaldes, ejecutores de crímenes, de sus intermediarios, cómplices, testigos y del abogado Carlos Batista. Badenes juntó pruebas de que el abogado ayudaba en la fuga y la defensa de los asesinos para que los instigadores quedaran impunes. El cuerpo de Batista no fue encontrado, pero sí su automóvil en 1992, totalmente quemado.

Pese a que fue instaurada el 3 de febrero, la averiguación policial sobre la desaparición del abogado fue enviada a la Justicia, por primera vez el 30 de junio de 1994, debido a la insistencia de Badenes y del Ministerio Público.

El abogado Batista, integrante de la Scuderie Detetive Le Cocq, había sido contratado para defender a los asesinos del alcalde de la ciudad de Serra, José Maria Feu Rosa y de su conductor Itagildo de Souza, muertos el 8 de junio de 1990 en Itabela, Bahía. Con el asesinato del alcalde, asumió el cargo el primer vice alcalde, Adalton Martinelli. Las investigaciones condujeron hasta Martinelli y a integrantes de la llamada "Mafia Serrana", la mayor parte de ellos miembros de la organización Scuderie Detetive Le Cocq. La policía señaló a Alberto Ceolin entre los autores intelectuales involucrados en el crimen de Feu Rosa.

Según declaraciones hechas a la policía, durante la campaña para la alcaldía, los empresarios Antônio Roldi y Adalton Martinelli dieron apoyo financiero a Feu Rosa. Familiares de Feu Rosa confirman que tras su elección el alcalde rehusó aceptar una licitación con sobrefacturación a beneficio de la empresa Tony Tratores, de Antônio Roldi. También rechazó una oferta monetaria que le hiciera Adalton Martinelli para dejar la alcaldía. El alcalde había creado una comisión para investigar las irregularidades en la administración pública.

Relatos de amigos de Batista indican que días antes de su desaparición estaba muy nervioso y andaba siempre armado con cuatro revólveres. Pasaba por dificultades financieras y reclamaba que Martinelli no estaba pagándole sus honorarios. La función de Batista, además de la defensa de los acusados y de organizar las fugas, era entregar dinero a las mujeres de los asesinos del alcalde para que no denunciaran a Martinelli.

El 23 de enero de 1992, Batista había prometido al reportero Nelson Gomes de A Gazeta, que le pasaría un dossier sobre el caso Feu Rosa, señalando a los ejecutores y a los autores intelectuales. Dijo que sería una "bomba" para la sociedad de Espírito Santo. El lunes 27 le entregaría los documentos también al presidente de la Orden de los Abogados de Brasil (OAB) de Espírito Santo. Avisó que no hablaría más porque temía por su vida.

Luego que haber encontrado el coche quemado de Batista, el dossier desapareció. El periodista cree que Batista intentó extorsionar a los asesinos de Feu Rosa, exigiendo dinero para quedarse callado. La madre de Batista recuerda que él mencionó que el grupo de Martinelli era también responsable por la muerte del sargento Valdeci Apelpheler y de otro policía involucrado en el asesinato de Feu Rosa.

Por el crimen contra Batista fueron acusados el conductor João Henrique Filho, el ex policía Denerval Gonçalves Pereira, conocido como Russo y Geraldo Piedade (que actuaba como guardia de seguridad de Batista). De acuerdo a testigos los tres hombres acompañaban a Batista a la casa de Martinelli el día del crimen. Russo fue asesinado tiempos después en la puerta de la Scuderie Detetive Le Cocq. Como él, prácticamente todos los demás involucrados en el crimen contra el alcalde Feu Rosa fueron asesinados, menos los instigadores. Al concluir la averiguación policial del caso, el comisario Badenes pidió, el 21 de septiembre de 1998, que se acusara como autores intelectuales del crimen a Martinelli, a Roldi y Ceolin. Martinelli y Ceolin están encarcelados. Este último también fue acusado por tráfico de drogas.

Coincidencias

1. Cuando dejó la intendencia de la Serra, Martinelli pasó a asesorar al alcalde de Cariacica, Dejair Camata, conocido como Cabo Camata. Martinelli tenía máquinas para terraplenes trabajando para la intendencia de Cariacica y sobrefacturaba para beneficio de su empresa. El vice alcalde, Jesus Vaz, denunció las irregularidades y sufrió un atentado.

En abril de 1998, el líder del gobierno en el Senado, Élcio Alvares, pidió al gobernador de Espírito Santo, Vitor Buaiz, que intercediera en favor de Cabo Camata, encarcelado por contrabando de armas. Alvares también está acusado de estar ligado al crimen organizado. Integrantes de la Scuderie Detetive Le Cocq participaban de la seguridad de Camata. Fuertemente armados, ostentaban el símbolo de la organización en llaveros y sombreros. Camata murió en marzo del 2000.

2. El abogado José Petronetto, que fue presidente de la Scuderie Detetive Le Cocq y encargado de la defensa de Andreatta (sospechoso de ser el autor intelectual del asesinato de Maria Nilce) fue quien avisó a la familia de Batista sobre su muerte. La madre de Batista escuchó decir a Petronetto que sabía sobre los asesinatos que iban a ocurrir en Vitória, pero reconoció que desconocía sobre el de Batista. Petronetto fue Procurador General de la alcaldía durante la gestión de Martinelli en Serra. Dijo haberse alejado de la Scuderie Detetive Le Cocq antes de la desaparición de Batista.

3. El ex policía militar Rubens Banhos confirmó que Carlos Batista fue asesinado por los instigadores del crimen del alcalde de la Serra porque podía incriminarlos. Banhos sufrió un atentado y murió. También había sido señalado como sospechoso en el asesinato de Maria Nilce. Su abogado era Batista.

4. Batista fue también el abogado defensor de los asesinos del padre francés Gabriel Maire, un activista de movimientos populares y de causas sociales. Fue asesinado en diciembre de 1989, en Cariacica. Hasta hoy, la familia del sacerdote lucha ante la Justicia para probar que el caso, tratado como un latrocinio, fue en realidad un asesinato. El comisario que presidía el caso, Pedro Taunnus, está asociado a la Scuderie Detetive Le Cocq.

5. La Scuderie Detetive Le Cocq acostumbra a entregar diplomas de honra al mérito. Una de las figuras homenajeadas fue el magistrado Geraldo Correia Lima. Fue en nombre de Correia Lima que Andreatta, acusado del asesinato de Maria Nilce, habría alquilado el avión para la fuga de los pistoleros que cometieron el crimen.

6. Elpídio y Areno Benevides, ejecutores del alcalde Feu Rosa, también fueron involucrados en el crimen contra la columnista social. Existen documentos que prueban la relación de los dos con el Cabo Camata. Ambos fueron asesinados.

7. Un informe de la Policía Federal sobre la Operación Marselha, que se inició en 1990, mostró que los comisarios Julio Cesar Oliveira Silva (encargado inicialmente del caso de Batista), Gilson Lopes dos Santos Filho (que también participó en la investigación de la muerte del abogado Batista), y Cláudio Guerra (que ayudó en la investigación inicial sobre el crimen contra Maria Nilce) estaban involucrados en el robo de automóviles, la corrupción policial, el juego del bicho, el tráfico de drogas, asesinatos y otros crímenes.

Otro nombre señalado fue el del ex escribano de la Policía Civil, Romualdo Eustáquio da Luz Faria, acusado de participar en la muerte de Maria Nilce. El comisario Badenes comprobó que había una fuerte asociación entre los participantes de la Marselha y la Scuderie Detetive Le Cocq.

Las investigaciones contra los acusados no condujeron a resultados concretos. El comisario Oliveira Silva, por ejemplo, fue promovido a comisario especial. Fue constatado el extravío de las denuncias contra él. El Consejo de Defensa de los Derechos de las Personas pidió al gobernador Albuíno Azeredo la exoneración de los comisarios mencionados en la Operación Marselha. Romualdo Eustáquio da Luz Faria no ha respondido aún por sus crímenes.

8. Sectores de la prensa involucrados con la Scuderie Detetive Le Cocq son utilizados para manipular a la opinión pública en favor de los criminales.

9. En los asesinatos de Maria Nilce, de Batista y de Feu Rosa hay un consorcio de interesados. Cuando los intermediarios se vuelven un riesgo, son eliminados. El pistolero José Sasso, preso por la muerte de Maria Nilce, fue envenenado el 18 de septiembre de 1992. El cuerpo de Batista hasta hoy no ha sido encontrado.

10. El caso de Maria Nilce, que involucra a miembros de La Scuderie Detetive Le Cocq, aún no ha concluido.

*Sobre la Scuderie Detetive Le Cocq

El comisario de la Policía Civil, Francisco Badenes, hizo un minucioso informe, con pruebas, sobre la institución denominada Scuderie Detetive Le Cocq. Según constató, la Scuderie tiene una apariencia de entidad filantrópica para esconder sus actividades ilegales. El Ministerio Público Federal ha solicitado la disolución de la institución, pero el proceso aún está en trámite. Al conocer los fraudes de la organización y el crimen de Batista, Badenes comenzó a recibir amenazas de muerte.

La Scuderie empezó a ser investigada en la década del 90. Entre 1991 y 1993, el Estado de Espírito Santo fue notorio en las noticias policiales debido al exterminio de niños y adolescentes en la ciudad de Vitória. Los cadáveres – en general de jóvenes que vivían en las calles y se dedicaban a pequeños robos eran ejecutados con tiros en la nuca - eran colocados en las calles con el objetivo de provocar impacto en la población y un clima de terror en la ciudad. Para adelantar los hechos, el gobierno del estado creó, en 1991, la Comisión de Procesos Administrativos Especiales (CPAE), presidida por un procurador de Justicia e integrada por Badenes.

La comisión llegó a la conclusión de que los ejecutores eran policías civiles y militares asociados a la Scuderie. Las investigaciones resultaron con la acusación de su presidente de entonces, el comisario Mário Lopes. Sin embargo, presiones políticas hicieron que el trabajo de la comisión cesara en agosto de 1994, a pesar de las manifestaciones de protesta del Movimiento Nacional de Derechos Humanos y otras entidades similares.

Un informe de la Policía Federal indica que la Scuderie se transformó en un poder paralelo al gobierno de Espírito Santo. Sus integrantes están involucrados en el exterminio de niños que viven en las calles, homicidios, en hurto y robo de automóviles y en el narcotráfico. La impunidad está garantizada ya que sus miembros trabajan en diversos sectores del gobierno y pueden encubrir los crímenes.

Participan de la organización policías (civiles, militares y federales), comisarios, abogados, empleados de la administración pública, funcionarios y procuradores de Justicia, jueces, políticos, empresarios, comerciantes, periodistas y banqueros del juego del bicho. Badenes, estableció en su informe que no todos los asociados son criminales – muchos sólo participaban de la Scuderie a cambio de seguridad.

Badenes tiene pruebas de que una parte de los llamados "escuderos" sirve a los empresarios y políticos relacionados con el crimen organizado, a integrantes de la Unión Democrática Rural (UDR) en las áreas rurales, además de intercambiar influencias con miembros de tiendas masónicas. El informe dice que la Scuderie subsidia campañas electorales para elegir a alcaldes y para favorecer la mayoría parlamentaria en la Asamblea Legislativa. De esa forma, logra la aprobación de proyectos y consigue cargos en sectores claves de la administración pública. Quien no se somete al control de ese poder paralelo es asesinado.

En contrapartida, los integrantes de la Scuderie tienen la seguridad garantizada. La Policía Federal recuperó, entre los asociados, armas de uso restringido y de contrabando, placas falsificadas, chalecos a prueba de balas, capuchas – y otros objetos de combate.

Fundada en 1964 en Río de Janeiro, luego de la muerte del detective Milton Le Cocq, la Scuderie se identifica con el símbolo de una calavera apoyada sobre dos tibias cruzadas, con las letras E. M.. Aunque a sus miembros se les acusa de participar en un Escuadrón de la Muerte, oficialmente aseguran que las letras E. M. son las siglas de Escuadrón Motorizado. Los informes agregan que además de Río de Janeiro y de Espírito Santo, la Scuderie tiene representantes en Minas Gerais y en Brasília.

La organización estaba compuesta inicialmente por policías dispuestos a vengar la muerte del detective Le Cocq y buscaban a su homicida. En el pedido de disolución de la entidad, hecho por el Ministerio Público Federal en agosto de 1996, los procuradores recuerdan que el diputado José Guilherme Godinho Ferreira fue uno de sus fundadores. Conocido como Sivuca, el diputado fue famoso por su lema: "Bandido bueno es bandido muerto".

Caso de Maria Nilce es nombrado en la CPI del Narcotráfico

Informes de la Policía Federal consideran a Espírito Santo como punto de pasaje de drogas, armas y automóviles robados. La proximidad con Río de Janeiro y con Minas Gerais facilita la circulación de las mercancías y de criminales. Según las investigaciones, la droga entra al estado en cajas que son arrojadas desde aviones. El producto viene de Bolivia, Colombia y Perú y, por lo general, sigue hacia el estado de Rondônia, desde donde se lo distribuye. Vitória, la capital del estado, es considerada una de las ciudades más violentas del país.

Los registros de impunidad en Espírito Santo son antiguos. En 1973 fue conocido el asesinato de la niña Araceli Cabrera Crespo, 9 años, raptada, violada y asesinada. Los culpables, identificados como miembros de familias influyentes en Vitória, andan libres.

La impunidad en Espírito Santo asumió niveles tan peligrosos que la población civil decidió organizarse para combatirla. En octubre de 1999 se creó en Vitória el Forum Permanente contra la Violencia y la Impunidad, más conocido por su lema "Reacciona Espírito Santo". El Forum está formado por integrantes de las iglesias, sindicatos y partidos políticos, entre otros representantes de la comunidad. Organizó visitas y produjo una cartilla con datos estadísticos sobre la violencia en el estado, además de sugerencias para enfrentar al crimen organizado. Una de ellas es el fortalecimiento del Programa de Protección a Víctimas y Testigos. El grupo pretende ejercer presión para que los crímenes sean esclarecidos.

"El Forum jugó un papel importante como apoyo a la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) sobre Narcotráfico de la Cámara de los Diputados", dijo el diputado estatal Claudio Vereza, de la coordinación del Forum y de la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa de Espírito Santo. El informe final de la CPI, presentado en diciembre del 2000, plantea el caso de Maria Nilce como ejemplo de impunidad. Revela nombre de policías, políticos y magistrados involucrados, que refuerzan las conclusiones de la investigación de la Policía Federal. Aun así, el crimen sigue impune.

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