En una nueva medida que ahonda la polémica alrededor de las penas efectivas que deben cumplir los delincuente, la Cámara del Crimen de Dolores decidió concederle la excarcelación a José Luis Auge, condenado a 16 años de cárcel por el asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas.

La noticia se conoció a través de su abogado defensor, Martín Cerolini, en declaraciones que hizo a la agencia Télam. “El tribunal dispuso una fianza de 20 mil pesos y si llegamos a reunirlos Auge podría salir de la Unidad Nueve en la que está detenido”, dijo.

Cerolini aclaró que la excarcelación se logró porque con la reducción de pena de la que goza Auge, ya lleva cumplidas más de las dos terceras partes de la pena, lo que le permite el beneficio de la libertad condicional.

Tras haber purgado siete años efectivos de prisión, la libertad de Auge se debe, según el letrado, "al cumplimiento de la condena, según el cálculo del dos por uno, y a la condicionalidad de la misma".

Auge, ahora de 37 años, había sido condenado en principio a reclusión perpetua. Pero la Cámara de Casación bonaerense le redujo luego esa pena a 16 años de cárcel, por considerarlo participe secundario del asesinato de Cabezas, ocurrido el 25 de enero de 1997.

Para liberarlo, la Cámara computa el tiempo que estuvo recluido sin sentencia firme. Este mecanismo judicial se denomina dos por uno y fue derogado por el Congreso (Archivo 21-10-2004). No obstante, el proceso contra Auge es anterior a esa derogación y la ley no tiene efecto retroactivo.

En la misma situación se encuentran los otros integrantes de la banda que mató a Cabezas, llamada “Los Horneros”, y que estuvo compuesta, además de Aute, por Gustavo González y Horacio Braga. A ellos se los condenó a 20 años de prisión. Lo mismo que a Gregorio Ríos, el ex jefe de la custodia de Alfredo Yabrán, considerado el hombre que encomendó el asesinato.

Yabrán, el enigmático empresario a quien Domingo Cavallo acusó de mafioso y de tener influencia en el poder político, se suicidó en uno de sus campos del sur de Entre Ríos, en momentos en que estaba prófugo de la justicia acusado de ser el autor intelectual del homicidio.

De esta compleja interpretación se desprende que, como los horneros están detenidos desde 1997 y a partir de los dos años de esa fecha –sin haber llegado a la sentencia firme porque no estaban resueltas las apelaciones –se les debería contabilizar dos años por cada año efectivo de cárcel.