Un periodista del diario El Mañana de Nuevo Laredo, ciudad del norte de México fronteriza con Estados Unidos, quedó gravemente herido después de que dos hombres encapuchados irrumpieron en la sala de redacción, dispararon indiscriminadamente varias ráfagas de ametralladora e hicieron explotar una granada.

El ataque, sin antecedentes en México, ocurrió a eso de las 7:45 p.m. del lunes cuando menos de una docena de reporteros del diario preparaban la edición del día siguiente.

''Estábamos trabajando normal, pegados a las computadoras. De repente escuché el impacto de vidrio quebrándose. También sentí cómo astillas me caían en la cara. Oí ráfagas y mi reacción fue tirarme al suelo. Me escondí bajo el mueble de la computadora y seguí oyendo balazos'', relató un reportero.

En medio de la balacera cayó herido el reportero Jaime Orozco Tey, quien se encuentra en condición grave en un hospital de la ciudad con lesiones en la columna, el tórax y el intestino. Orozco, de 33 años, recibió cinco impactos de bala.

Antes de abandonar el edificio del periódico, los encapuchados gritaron ``¡Ora sí se los va a llevar la c......a a todos!''.

Nuevo Laredo es el escenario de una sangrienta guerra entre organizaciones del narcotráfico que se disputan el paso de la droga por la frontera. A través de amenazas y asesinatos, los líderes de las bandas han dejado en claro que no están dispuestos a que los detalles de la confrontación sean ventilados por los medios de comunicación.

En marzo del 2004, el director editorial de El Mañana, Roberto Mora García, fue asesinado cuando se disponía a entrar a su casa.

Hace dos semanas, en un esfuerzo por buscar solidaridad de otros medios, El Mañana patrocinó un seminario de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) sobre cobertura de narcotráfico a la que asistieron más de 100 reporteros de ambos lados de la frontera, Colombia y Venezuela. Bajo el título ''Batalla contra el silencio'', el octogenario diario desplegó los testimonios de los colegas que animaban a los periodistas de la ciudad a ``cerrar filas''.

Al final del seminario los periodistas aprobaron una declaración conjunta en la que expresaron su preocupación por ``la incapacidad de las autoridades, en sus diversos niveles de gobierno, ante el avance del crimen organizado en el país en su conjunto, en la zona fronteriza en general y en el área de Nuevo Laredo en particular''.

Ayer la SIP repudió el ataque y solicitó la intervención directa del gobierno federal, así como ``la adopción de medidas urgentes y enérgicas para enfrentar la espiral de violencia y la impunidad''.

Una fuente cercana al diario no descarta que la conferencia habría sido uno de los motivos del ataque , pues durante el evento el periódico recibió mensajes electrónicos que advertían que ``Nuevo Laredo es de nosotros y no de los extranjeros''.