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Argentina
1 de novembro de 2008
La nueva vida de un asesino, El instigador del crimen de Cabezas está libre.
Noticias

Desde el martes 28, Gregorio Ríos se convirtió en uno más de los liberados por la Justicia tras haber sido condenado por el asesinato del fotógrafo de Noticias, José Luis Cabezas, en 1997. La cuenta regresiva de liberados empequeñece a la misma velocidad que se agiganta la impresión de impunidad: el ex comisario de Pinamar Alberto Gómez y el ex oficial Gustavo Prellezo son los únicos involucrados que siguen presos de forma ininterrumpida.

Los "horneros" Luis Auge y Horacio Braga habían conseguido la libertad en el 2004 y 2005 respectivamente, pero en diciembre del 2007 volvieron a prisión tras comprobarse que violaban las condiciones de sus arrestos domiciliarios.

Ríos, ex sargento del Ejército y ex jefe de la custodia del empresario Alfredo Yabrán, cumplía arresto domiciliario desde noviembre del 2006 en un imponente caserón de la calle José Manuel Estrada, en el corazón más opulento de Martínez.

El peso de la ley nunca resultó demasiado macizo sobre él. La misma Cámara de Apelaciones de Dolores que lo había favorecido con el arresto domiciliario hace dos años, dictaminó ahora su excarcelación definitiva. Condenado en febrero del 2000 a prisión perpetua tras ser hallado instigador del crimen, apenas 3 años después un cambio de carátula modificó su condena a 27 años y lo benefició además con la ley del "2 x 1", vigente al momento del homicidio. Sólo once años después de su detención, el instigador del secuestro nocturno, la tortura a golpes, los dos balazos en la nuca y el incendio final del cadáver del reportero gráfico de NOTICIAS, camina libre por la calle.

EL BICHO. "La adaptación a la libertad después de once años necesita de un control psicológico, Ríos no reaccionó todavía psicológicamente ante la novedad de su liberación definitiva", cuenta Jorge Sandro, su abogado. Quienes sí reaccionaron de inmediato fueron la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), denunciando su consternación por la resolución, y varios de los vecinos de Ríos en Martínez.

Antes reacios a asumir la compañía pública de un criminal condenado entre el esplendor de sus esquinas custodiadas por vigiladores privados y transitadas por alumnos de las escuelas privadas de la zona, hoy deslizan que su apodo barrial es "el bicho". Y se indignan preguntándose en voz alta "quién se ocupa de financiarlo para que pague los $ 4.500 o $ 5.000 que cuesta el alquiler de una casa como esa por mes". Eso, en caso de que no sea suya, como sugiere el hecho de que no esté a su nombre.

La que fue su prisión hogareña hasta este martes intimida a otros vecinos.

Incluso hablan sobre Ríos como si fuera capaz de enterarse de todo.

Los hábitos veraniegos del instigador del asesinato de Cabezas, por otro lado, no dan marcha atrás. Las visitas recibidas por su única custodia, su esposa Rosa Rodríguez, como también el mantenimiento habitual de la piscina de la casa y del jardín nunca dejaron de cumplirse. Molestos por la sombra constante de los periodistas, otros vecinos ni siquiera descartan la posibilidad de nombrarlo persona no grata en el barrio. "Si acá no lo quiere nadie", dicen con un desprecio renovado.

DESEMPLEADO. Para acceder a su libertad, Ríos debe acreditar domicilio, actividad laboral, control toxicológico y la constatación de que no comete ningún delito. Hasta el momento de su liberación, Ríos no cumplía ninguna actividad, por lo que se espera que comience a buscar un empleo la próxima semana. Su familia actúa con la mayor naturalidad posible. Rosa Rodríguez, su esposa, todavía sale de la casa familiar a las apuradas y en silencio, a bordo del mismo Ford Focus desde el que hace dos años negaba que allí viviera ningún Gregorio Ríos.

Al salir del chalet de dos pisos, un joven de rasgos muy parecidos a los del ex custodio de Yabrán habló con NOTICIAS. Este miércoles, tranquilo, evitó aclarar su parentesco con el dueño de casa, negó que Ríos estuviera en el lugar –"estuvo preso durante once años, no va a estar acá ahora", dijo– pero sí afirmó estar muy contento por su liberación. Después, se fue al gimnasio del barrio. La posibilidad de que Ríos se hubiera recluido en la casa de su hija Sofía tampoco fue negada.

DESCONSUELO. "La sociedad se queda con la sensación de que el que comete un delito gravísimo paga poco", se indignó Oscar Pellicori, el abogado de la viuda de Cabezas y abogado de NOTICIAS. "Se premia al delincuente como si muy poco hubiera pasado", dice.
Hasta que el expediente llegue a la Corte Suprema de la Nación, el fallo se mantendrá convalidado por la Cámara de Casación y la Corte de la provincia de Buenos Aires. Toda resolución futura podría demorar hasta un año. La posibilidad de una apelación de la libertad de Ríos sólo depende de la fiscalía, con un plazo de hasta siete días. En todo caso, el circuito de las nuevas apelaciones se reactivaría y las derivaciones de sus resultados hoy no son previsibles.

Por haberse presentado de manera espontánea ante los tribunales al momento de su enjuiciamiento, Ríos, a diferencia de muchos de los otros implicados en el crimen, ni siquiera debió pagar una fianza para quedar en libertad.

María Cristina Robledo, viuda de José Luis, radicada en España junto a su hija, cree que la Justicia está a favor de los asesinos. "Lo que siento es bronca y dolor. Me da impotencia saber que se siguen haciendo las cosas mal. En estos años, las únicas víctimas hemos sido nosotros. Es doloroso ver cómo la misma gente que le prometía justicia a Norma y a José, los papás de José Luis, terminó beneficiando a los asesinos, que a su vez están protegidos por empresarios poderosos", dice Cristina, desconcertada.

NICOLÁS MAVRAKIS nmavrakis@perfil.com.ar

Los asesinos de Cabeza

Gustavo Prellezo
Ex oficial de la Policía bonaerense, fue quien le colocó las esposas al fotógrafo de NOTICIAS y le disparó dos veces en la nuca. Su pedido de excarcelación fracasó y sigue preso.

Alberto Gómez
Ex comisario de Pinamar, responsable de ordenar la "liberación" de la zona durante la noche que se cometió el asesinato de Cabezas. Sigue detenido, pero con acceso a salidas por buena conducta.

Aníbal Luna
Ex policía bonaerense y colaborador de "Los horneros", reclutados por Prellezo para ejecutar el crimen. Pagó una fianza de $ 40.000 para salir libre en el 2006. Trabaja en una agencia de seguridad.

Sergio Camaratta
Ex oficial de la Bonaerense y colaborador de "Los horneros". Pagó una fianza de $ 40.000 y vive en una casa en Valeria del Mar.
Realiza tareas domésticas en su hogar, pero no se le conoce trabajo alguno.

Héctor Retana
Miembro de la banda de "Los horneros". Murió en prisión enfermo de sida en el 2001. Fue el primero en confesar su rol y el de sus cómplices pocos días después de la noche del crimen.

Horacio Braga
Miembro de "Los horneros". Liberado en el 2005 tras pagar $ 20.000 de fianza. En el 2007 volvió a prisión por violar el arresto domiciliario.
Este año solicitó un nuevo régimen carcelario abierto.

José Luis Auge
El "hornero" fue liberado en el 2004 tras pagar una fianza de $ 20.000. Fue nuevamente detenido en la Unidad 9 de Máxima Seguridad de La Plata por violar el arresto domiciliario.

Sergio González
Otro "hornero". Obligó a Cabezas a arrodillarse en la cava, segundos antes de que lo ejecutaran. Salió en libertad en el 2005 tras pagar una fianza de $ 20.000. Vive con su madre.



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