Follow us on SIP Follow us on BLOGGER Follow us on FACEBOOK Follow us on YOUTUBE Follow us on TWITTER
Alertas
Estatísticas
Investigaçóes
Exija justiça

Notícias
Atividades
Documentos oficiais
Campanhas de meios
Reformas legales
Jurisprudência
Publicacoes
Vídeos
Newsletter
Links

Missão
Autoridades
Pessoal
Contate-nos
Faça sua doação
Doe Sua Voz - CD

  
Colombia
11 de agosto de 2009
Jaime Garzón: 10 años de impunidad y sin humor crítico al poder
Diana Calderón - URR

Jaime Garzón fue asesinado en la madrugada del 13 de agosto de 1999 cuando se dirigía a su trabajo en la emisora Radionet, en plena calle de Bogotá, a pocas cuadras de una estación de Policía. Iba conduciendo una camioneta Jeep Cherokee, cuando dos sicarios a bordo de una moto blanca, con la placa tapada, lo ultimaron a tiros. Diez años después, nadie ha pagado por su crimen.

El proceso judicial por su asesinato terminó el 10 de marzo de 2004 con la condena del comandante de las Autodefensas Unidas de Colombia Carlos Castaño Gil, como autor intelectual del hecho. El fallo nunca se hizo efectivo porque el jefe paramilitar fue asesinado ese mismo año. Los señalados como autores materiales fueron absueltos.

En noviembre de 2004, la Fiscalía General de la Nación anunció la reapertura de la Investigación por este asesinato, atendiendo una determinación del Juez Séptimo Penal del Circuito de Bogotá, que solicitó a la Fiscalía que "por separado y de inmediato prosiga la investigación para identificar y sancionar a los autores materiales y demás copartícipes del crimen del periodista".
La investigación por el asesinato de Jaime Garzón todavía hoy no arroja resultados. En los últimos cuatro años se han recibido las declaraciones de seis jefes paramilitares ante los fiscales de la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía colombiana como parte de su compromiso de confesar la verdad y reparar a las víctimas, como condición para acceder a beneficios de ley: Iván Roberto Duque, Jesús Ignacio Roldán, Francisco Enrique Villalba, Jorge Iván Laverde, alias “El Iguano”, Heber Veloza, alias “HH” y Luis Eduardo Cifuentes.

Laverde, paramilitar desmovilizado del Bloque Catatumbo de las Autodefensas Unidas de Colombia dijo en su declaración que el ex subdirector Nacional del Departamento de Seguridad (DAS), José Miguel Narváez, instigó al jefe paramilitar Carlos Castaño Gil, para que asesinara al periodista Jaime Garzón. Por su parte, Veloza, aseguró que algunos militares también habían estado detrás del crimen.

Sin embargo, nadie ha sido vinculado al proceso para dar con los otros responsables del crimen entre ellos algunos miembros del Ejército y del Departamento de Seguridad (DAS), que habrían participado en el asesinato del humorista y periodista, según innumerables investigaciones.

El abogado de la parte civil en este proceso, Alirio Uribe, de la organización no gubernamental, Colectivo de Abogados, ha solicitado a la Fiscalía que se practique una serie de pruebas para investigar la presunta responsabilidad de militares de la entonces Brigada XIII del Ejército en el crimen así como las razones por las cuales tantos testigos falsos declararon en el caso. También solicitó que se les abra investigación penal por falso testimonio, con el fin de descubrir si se trató de un montaje para proteger la identidad de los verdaderos asesinos.

Esa fue precisamente, la misma solicitud hecha por la SIP a las autoridades colombianas a partir de una investigación realizada por su Unidad de Respuesta Rápida, a propósito de las amenazas y los seguimientos de los organismos del Estado contra la periodista Claudia Julieta Suárez, quien investigaba el crimen en aquella época. “La investigación realizada por la Fiscalía descartó cualquier responsabilidad de los militares y de los miembros del Departamento de Seguridad (DAS) que habrían realizado un montaje para desviar la investigación”, dijo la SIP en su momento.

Marisol Garzón, hermana del periodista, le dijo a la URR, “como familia sentimos que la justicia tiene mucho que decirnos, hay mucho que hacer todavía, porque no solo no se ha avanzado en la investigación y tampoco se han aclarado las consecuencias y causas del asesinato de Jaime sino que se ha tergiversado, se ha tratado de negar y de llevar por otros caminos para que no se conozca realmente la verdad”.

La hermana de Garzón insistió en que “esperamos no solamente desde la justicia divina que es la que nunca nos falla, sino desde la justicia humana, que le podamos contar al país quiénes están detrás del asesinato de Jaime. No quedarnos con la versión de que Carlos Castaño lo asesinó. Él solamente era un mandadero de otros que ordenaron su asesinato. Eso es lo que queremos y esperamos”.

Consultado sobre por qué no avanza la investigación de Jaime Garzón, el Fiscal encargado de la Nación, Guillermo Mendoza Diago dijo que “cuando hay un delito de esa naturaleza y con móviles tan opacos, se van borrando evidencias y la evidencia por el medio más radical posible, que es el homicidio de los testigos, de las personas que de alguna manera han conocido eso. Sin embargo, hubo una actividad investigativa que permitió señalar a unas personas y eso no se ha acabado. Ya se sabe que los determinadores pertenecían a grupos armados ilegales. Este crimen no tiene posibilidad de prescripción por ahora porque eso es un homicidio agravado que prescribiría en 20 años”.

Al cumplirse 10 años del homicidio de Garzón, los periodistas inundan de artículos y crónicas las páginas de los periódicos, revistas y noticieros de radio y televisión haciéndole un homenaje a quien para muchos fue el último periodista que hizo humor crítico sobre el poder en Colombia.

“A Jaime Garzón lo mató el poder…Si estuviera vivo en estos tiempos también lo habrían matado. Con él vivo, estaríamos riéndonos pero al mismo tiempo sabríamos más y tendríamos miedo de lo que viene”, dijo Antonio Morales, compañero de Garzón en su programa de Televisión Quac, el Noticiero.

Morales quiso resaltar que Garzón fue un periodista premonitorio porque a través de uno de sus personajes Godofredo Cínico Caspa, hace 10 años, ya hablaba de la “seguridad democrática” y anunciaba que el entonces gobernador de Antioquia, Alvaro Uribe, a quien describía como un hombre de mano firme y pulso armado, sería presidente de Colombia.

El director de la Revista Cambio, Rodrigo Pardo habló con la SIP sobre las consecuencias del asesinato de Jaime Garzón: “Con el asesinato de Jaime Garzón cayó una voz crítica. Comenzó la idea de que en Colombia la crítica no se puede hacer sin incurrir en graves peligros contra la seguridad personal. Creo que no ha habido un sucesor de Garzón después de tantos años y sobretodo se ha generado un miedo a la expresión de voces importantes con el discurso generado por el oficialismo. No solo ha faltado el humor de Jaime, un talento que difícilmente podría reemplazarse, sino ha faltado también la valentía y el deseo, o la intención, de ver estas cosas y de mirar los acontecimientos con una visión crítica e irreverente. Digamos que con la muerte de Garzón la irreverencia se volvió peligrosa”.

Para Alejandro Santos, director de la Revista Semana “el magnicidio de Jaime Garzón es el asesinato de un símbolo, de irreverencia, de crítica y sátira del poder. Y sobre todo de la capacidad de un país de burlarse de sí mismo, de verse al espejo de sus propias frustraciones y debilidades pero al mismo tiempo de sus ambiciones, de su genialidad y creatividad. Yo creo que Jaime Garzón es una de las personas que más añoramos en Colombia y hace una enorme falta en estos momentos de convulsionada coyuntura política.

Para Marisol Garzón, las consecuencias que ha traído para Colombia el crimen de Garzón son múltiples. “A nivel familiar muchísimas: el dolor, el vacío, el saber que ya no contamos con él. Y a nivel social y del país más, pues Jaime fue un gran pedagogo, su tarea fue enseñarnos a ver mucho más allá, a entender este país cómo funciona, qué es lo que tenemos que hacer para salvarlo de todas esas influencias que nos llevan a desesperarnos y a no tener un objetivo frente a nuestro quehacer como ciudadanos”.



Error en la consulta:No database selected