Fernando Arboleda Ripoll, ex magistrado de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, quien logró hace pocos días que el proceso judicial por el magnicidio de Luis Carlos Galán, asesinado hace 20 años, fuera declarado como un crimen de lesa humanidad y por lo tanto, no prescribiera, habló en con la URR de la SIP sobre la posibilidad de la no prescripción en los procesos judiciales por crímenes contra periodistas en Colombia.

URR-SIP: ¿Pueden ser considerados 122 homicidios cometidos en los últimos 23 años en Colombia, crímenes de lesa humanidad? ¿Puede pedirse para estos procesos la no prescripción?

Arboleda Ripoll: Sí, porque el punto son los criterios: la sistematización, su carácter masivo, la generalización. El caso aquí es el hilo conductor, la postura que estos periodistas asumen frente a la realidad, ante el conflicto. En el medio colombiano hay mucha confusión en este tema. Desde el punto de vista internacional existe una mayor flexibilidad para que estos crímenes sean considerados de lesa humanidad más allá de que sean perpetrados en una masacre. Siempre he tenido la impresión que el crimen de lesa humanidad va a terminar por sectorizarse en Colombia: campesinos, trabajadores de derechos humanos, sindicalistas, periodistas.

URR-SIP: ¿Cree usted que la no prescripción es un mecanismo real en la lucha contra la impunidad?

Arboleda Ripoll: Sí porque visibiliza en términos reales a las víctimas. Esas referencias generales tienen una carga de encubrimiento muy fuerte. Es importante en orden para establecer la verdad.

URR-SIP: Para algunos penalistas, al contrario, la no prescripción es una forma de encubrir, de alcahuetear la incapacidad del sistema de administración de justicia, en sus investigaciones y juicios.

Arboleda Ripoll: Ese es un discurso perverso y sesgado. El Estado colombiano viene desde hace tiempo atrás haciendo la vista gorda. El crimen de lesa humanidad como categoría pública existe desde 1907. Más aún, a partir de 1973, Colombia adhiere como estado miembro de la ONU y se compromete a no dejarlos prescribir, incluso antes del Estatuto de Roma. Obviamente, la impunidad se manifiesta de manera dramática en todos los aspectos investigativos, pero también es una actividad judicial mentirosa que recibe por eso toda la censura de la comunidad internacional.

URR-SIP: ¿Entonces debe buscarse la no prescripción?

Arboleda Ripoll: Sí. Si no se consagra la imprescriptibilidad no habrá otra manera de superar esta impunidad crónica, no habrá otra manera de acabar con la alcahuetería del Estado que supone la prescripción.