El Día Internacional de los Desaparecidos se celebra en el mundo cada 30 de agosto. Por eso hoy recuerdo a mi colega y amigo, Rodolfo Fernández Pondal, secuestrado en la noche del 5 de agosto de 1977 y desde entonces desaparecido.

Habíamos estado juntos poco antes de que lo secuestraran. Como era nuestra costumbre, varias veces por semana, íbamos a la confitería The Horse sobre la Avenida del Libertador, donde nos reuníamos con una de nuestras principales fuentes, el Gral. retirado Eduardo Haroldo Pomar. Esa noche, como lo hacía siempre, Pomar tomó una servilleta y una birome (caneta) y nos dibujó lo él llamaba "cuadro de situación".

Después de mucho conversar, ya por eso de las 10:30 de la noche, cuando ya habíamos tomado demasiado café y el humo de cigarrillo ya no se aguantaba, dijimos las buenas noches y partimos.

Era agosto y recuerdo que el aire estaba fresco pero no frio. Le ofrecí a "Rolo," como los amigos llamábamos a Fernández Pondal, llevarlo en mi auto que estaba estacionado frente a la confitería. Rolo agradeció el gesto pero me dijo que prefería caminar. Como buen periodista, supe más tarde que iba a ver a otra fuente pero no me lo dijo. Me subí al auto, hice una maniobra ilegal en "u" sobre la Libertador y enfilé para mi casa en la zona norte del Gran Buenos Aires.

No había dormido ni tres horas cuando sonó el teléfono y me dijeron que Rolo había sido secuentrado. Me entró un escalofrío y me pregunté si iban a venir por mí también. Pero no.

Al día siguiente, como de costumbre, fui a verlo al Pomar a The Horse y hablamos sobre el secuestro. "Lo tiene la Marina", me dijo. "Se lo llevaron por otro asunto. Mejor no te metás".