Tanya Lokshina, investigadora senior de Human Rights Watch en Moscú, ha sido durante mucho tiempo una espina en el costado para las autoridades rusas. Durante la Guerra en Chechenia, Lokshina documentó y publicitó los bombardeos indiscriminados, torturas y desapariciones por las fuerzas rusas y las violaciones de los insurgentes. Ha cubierto otras atrocidades en el Cáucaso del Norte, así como, más recientemente, la represión de la disidencia en Moscú.

El mes pasado, Lokshina planificó una investigación de derechos humanos en Daguestán, una provincia en el norte del Cáucaso, antes de tomar su licencia por maternidad.

Pero alguien no quería que continuara su labor. Comenzó a recibir mensajes de texto intimidatorios que intentan relacionarla con insurgentes islamistas. Los autores afirmaban estar "cerca" y que iban por ella, y le predijeron que tendría un “parto complicado”. El que enviaba los mensajes de texto había estado al parecer bastante cerca como para verla en Moscú.

En lugar de parar de realizar informes sobre violaciones de los derechos en Rusia, Human Rights Watch enfrentó las amenazas levantando la cabeza con una conferencia de prensa para destacar el deterioro del medio ambiente en el que Lokshina y otros defensores de derechos humanos y periodistas independientes trabajan.

Las protestas callejeras el año pasado condujeron a una ofensiva gubernamental contra la sociedad civil - la creación de un ambiente de intimidación para los amenazados, y de impunidad para los agresores, dijo Human Rights Watch.

Las amenazas se detuvieron en el mismo día en que Human Rights Watch las informó a los policías rusos, fiscales, funcionarios del gobierno federal y del Servicio de Seguridad Federal. Sin embargo, sólo unos pocos días más tarde, otro empleado de la oficina recibió un mensaje de texto, una vez más amenazando a Lokshina e indirectamente advirtiendo a Human Rights Watch que no celebrara su conferencia de prensa.

Árese junto a Tanya Lokshina y defienda la libertad de expresión.

Un agradecimiento especial a Human Rights Watch por contribuir con esta acción.

Envíe esta carta para pedir justicia en el caso de Tanya Lokshina, y un fin al hostigamiento de los defensores de derechos humanos en Rusia.

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