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Carlos Ortega Melo Samper
Mayo 6, 2009

Case: Carlos Ortega Melo Samper



“En Durango la situación es preocupante”: director de El Tiempo de Durango:

Mayo 6, 2009
María Idalia Gómez

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2009-5-6


El domingo mataron a Carlos Ortega Melo Samper. Primero lo trataron de secuestrar, luego le dispararon. Era corresponsal en Santa María de El Oro, para el periódico El Tiempo de Durango. Es el tercer periodista asesinado este año en México.

El domingo mataron a Carlos Ortega Melo Samper. Primero lo trataron de secuestrar, luego le dispararon. Era corresponsal en Santa María de El Oro, para el periódico El Tiempo de Durango. Es el tercer periodista asesinado este año en México.

El municipio de Santa María de El Oro está a unas siete horas al norte de la capital del estado. Es pequeño, no supera los 11 mil habitantes ni las tres mil casas en todo el poblado. En ese lugar de calles pavimentadas y terregosas, de casas sencillas y de una población que emigra a otras ciudades o para Estados Unidos ante la falta de oportunidades, allí en los últimos años se ha registrado un incremento en la venta y consumo de drogas, según han reconocido sus propias autoridades y, en consecuencia, los índices de violencia han crecido mostrándose en balaceras o crímenes recurrentes.

Ortega Melo Samper tenía 52 años de edad. Vivió siempre en ese municipio. Era abogado de profesión y litigaba distintos casos, por vocación trabajó en diferentes periódicos desde años atrás. Tenía trabajando unos seis meses en El Tiempo de Durango, una publicación con apenas dos años y medio en circulación, recuerda su director Víctor Manuel Garza.

Era un hombre honesto, eso lo dicen todos –precisa el directivo--, le gustaba publicar información en la que denunciaba irregularidades, lo único que se le pedía es que todo estuviera sustentado con pruebas o testimonios y, afirma, así lo hacía.

Sus notas y, quizá su estilo bronco, ya le habían provocado enemigos. Una vez le quemaron su camioneta y en otra ocasión dispararon contra su casa, en un hecho que sólo pretendía amenazar y no matarlo. Presentó las denuncias penales respectivas. Ningún resultado.

En otra ocasión, relata Garza, la policía lo acusó de vender cervezas sin permiso, catearon su casa sin autorización y no encontraron nada, por eso puso una denuncia penal y una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos. Tampoco se investigó.

“Esa fue una venganzas de tipo caciquil, de quienes se sienten dueños del municipio”, consideró el director de El Tiempo de Durango.

En la penúltima semana de abril, publicó una nota en el periódico que denunciaba las condiciones insalubres e irregularidades que prevalecen en el único rastro de Santa María de El Oro y que maneja el gobierno local. Días después se topó con el presidente municipal Martín Silvestre Herrera --a quien Ortega Melo Samper conocía desde hace 20 años e incluso había trabajado con él en su campaña electoral--, quien le reclamó muy molesto sobre esa publicación, se hicieron de palabras.
El corresponsal envió la nota sobre ese incidente el 29 de abril, que se publicó hasta el 1 de mayo, en donde relató a detalle lo ocurrido y hacía responsable de los daños que pudieran sufrir él y sus bienes al presidente municipal y a Juan Manuel Calderón Herrera, encargado de los programas sociales con financiamiento federal y también del rastro municipal.

Al final de esa misma nota adelantó que daría a conocer irregularidades y corruptelas del agente del Ministerio Público adscrito al municipio, Salvador Flores Triana. Esa información ya nunca apareció en las páginas del diario, en ella estaba trabajando.

Dos días después, el domingo 3 de mayo, alrededor de las cinco de la tarde, Ortega Melo Samper regresaba a su casa en su viejo automóvil Chevrolet café, cuando fue interceptado por una camioneta tipo Pick Up en la que viajaban cuatro hombres, declararon algunos vecinos de la zona. El reportero se bajó para reclamar y lo intentaron subir a la camioneta. Se resistió, se defendió hasta que uno de los hombres empuñó su pistola y disparó en varias ocasiones. Tres balas calibre 40 recibió en la cabeza. Murió instantáneamente.

Al conocerse la noticia, las primeras acciones de la Procuraduría General de Justicia de Durango fue enviar a uno de sus funcionarios de confianza, el jefe de Departamento de la Dirección de Averiguaciones Previas, Jesús Ontiveros, para que conduzca las investigaciones y designó como agente del Ministerio Público del municipio a Héctor Pérez Martínez. En calidad de sospechoso fue llevado a la ciudad de Durango Salvador Flores Triana, contra quien podría solicitarse el arraigo domiciliario para realizar las investigaciones.

En conferencia de prensa, el procurador Daniel García Leal no descartó que cite a declarar al presidente municipal Silvestre Herrera y a Calderón Guzmán, ante la última nota publicada por el corresponsal.

Víctor Manuel Garza se reunió en los últimos días con el gobernador, el procurador de justicia y el secretario de Gobierno de Durango, quienes ofrecieron no proteger a nadie, que citarán al alcalde y a todos los sospechosos.

Ese será el primer eje de la investigación, comentó en entrevista con la URR, pero también las investigaciones abarcarán al crimen organizado y a su profesión como abogado litigante.
El director de El Tiempo de Durango aunque no lo descarta, considera que el crimen organizado no es el responsable del asesinato de su corresponsal, porque se tiene mucho cuidado al publicar estos temas y en el caso de Ortega Melo Samper, sólo enviaba información del día sobre el tema, no investigaciones ni hizo alguna revelación sobre grupos o jefes de cárteles en la zona.

“No creo que sea crimen organizado por las características del crimen. Se trató de gente de fuera del municipio que usó una camioneta vieja, en un horario de mucho tránsito y utilizaron armas cortas, por lo que no corresponde a las características del crimen organizado, pero investigarán.

“Lo que pedimos es que investiguen y detengan a los culpables. Sería lamentable que no se atribuya a lo que fue, a que se trate como a un crimen simple cuando pudiera ser un ataque a la libertad de expresión o, por el contrario, se diga que fue un ataque a la libertad de expresión cuando se trató un asesinato por otros motivos y no por su trabajo como periodista. Por eso se deben investigar y actuar con responsabilidad las autoridades y por ahora no tengo duda que así será”, expresó Garza.

“En la guerra sin armas”

Del estado de Durango se había publicado poco sobre la violencia que se vive en la región, en comparación a otros estados como Baja California, Chihuahua o Coahuila. Sin embargo, este fenómeno está presente y crece más.

Es común, explica Víctor Manuel Garza, que aparezcan narcofosas, decapitados o ahorcados. También es son comunes las bandas que asaltan.

“Hay una pelea entre cárteles en el estado. Son tres o cuatro grupos de sicarios los que están en el estado y que ahora se dedican también a la extorsión y al secuestro. En ocasiones hay enfrentamientos en la sierra y muertos que no aparecen, de los que nadie sabe, sólo se habla como rumor”.

Es peligroso, sostiene, trabajar en esas condiciones: “Lo veo mucho más preocupante. Puede haber más (periodistas) muertos. Está uno sin armas y en la guerra”

El periódico el Tiempo de Durango, es todavía chico, tiene poco más de dos años en circulación y compite diariamente con otros seis medios que se publican en la capital del estado. Sin embargo, comenta Garza, han optado por un periodismo serio, riguroso, pero provocador.

Además del crimen organizado, otro factor de riesgo en Durango son los poderes caciquiles, los problemas de tierras y los enfrentamientos entre familias, situaciones que en ocasiones provocan ataques o muertos.

Otro de los elementos más preocupantes, explica el directivo, es la corrupción y la impunidad. Uno de los temas que más ha abordado el periódico ha sido el posible involucramiento de policías federales en extorsiones y secuestros, a partir de testimonios de familias que los han sufrido. A pesar de esos reportajes no se ha iniciado alguna investigación por parte de las autoridades.
“Los federales no han muerto en operativos sino en situaciones sospechosas. No se ha cesado a agentes de la AFI”, sostiene Garza.

Hace unos días en uno de los celulares de un reportero se recibió una amenaza para dejar de publicar sobre corrupción policiaca, aunque Garza no lo considera grave, sólo una valentonada de alguien. Sin embargo, reconoce que hay temas que colocan a todos los reporteros en Durango en situación de riesgo.

“Es lamentable que la muerte de un compañero atraiga la atención, debiera ser por todo el entorno que estamos viviendo. Es un milagro que no haya más víctimas.

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