Arriba del autobús la percepción del paisaje se iba perdiendo en el atardecer a un costado de la carretera entre Saltillo y Torreón. Como fondo, la silueta de montañas a varios kilómetros de distancia y el viento que azuzaba la tierra polvorienta y la vegetación baja del desierto.

Territorios de silencios y soledades, quebrados por la temperatura fría en los primeros días de febrero.

Del twitter llega el primer aviso y el sobresalto. El celular nos comunicaba con el mundo. “Balacera en un centro comercial de Torreón en estos momentos. Sicarios se enfrentan con policías”, dice un mensaje que no alcanzaba las 140 palabras.

“La gente está corriendo en el centro comercial”, dice otro copiado desde una cuenta en el DF.

“Hay mucho pánico…”, cuenta un tercero, y la red se inunda de alertas.

Dos días antes, en la madrugada de un sábado, un grupo de sicarios disparaba a los jóvenes que se divertían en un bar al aire libre en la ciudad. Mataron a seis y 18 fueron llevados a los hospitales por las heridas sufridas. Fue el primer alerta de una violencia ya conocida en la ciudad. (Para leer el texto íntegro visite: http://geografiaderiesgos.blogspot.com/2010/02/persiguiendo-las-balas-i.html)