Fecha del asesinato: 16 de septiembre de 1999

Hechos: Quintero se encontraba en una taberna del Hotel Los Cardones con dos colegas. Un sicario entró y le disparó en cuatro oportunidades. El periodista murió antes de llegar a la clínica. El sicario escapó en una moto que le esperaba.

Antecedentes: El mismo año en que lo mataron, dos meses antes, Quintero publicó tres artículos en primera página de El Pilón. El primero el lunes 10 de mayo. Tituló: Ejército asesinó a dos mujeres". En la nota, el periodista denunciaba que una tropa del Grupo Mecanizado Rondón atacó un vehículo que se movilizaba por el corregimiento de Conejo en la Guajira. Ocho niños resultaron heridos y una de las mujeres muertas en el ataque estaba embarazada. Los militares, según la publicación, habían confundido a los civiles con una columna guerrillera que pasaría por la vía ese sábado 9 en la mañana. Quintero denunció que los militares, una vez advirtieron su error, trataron de colocar proyectiles dentro del automotor para justificar su ataque. El Comandante del Batallón de la Popa no quiso darle declaraciones a El Pilón.

Dos meses después, en julio, Quintero publica otros dos artículos y titula: "Ejército dispara fuera de Polígono" y "Asesinadas cuatro personas en Patillal y Río Seco". Esta es la historia: en prácticas de polígono el ejército disparó contra una casa en el corregimiento de Patillal, a 20 minutos de Valledupar. Hirió a un niño y mató varios animales. La madre del menor Saida Maestre, una vendedora de comida, fue a El Pilón en busca de asesoría. Quintero le aconsejó demandar al ejército.

A la semana siguiente, en la madrugada del martes 6 de julio, tres personas fueron sacadas de sus casas y acribilladas en Patillal y Saida Mestre desaparecida. Según los pobladores, había sido obligada a subir a un vehículo descalza y en su ropa de dormir. El viernes 10 su cuerpo fue hallado con varios impactos de bala y signos de tortura en los senos. Quintero lo denunció. El periodista había recibido amenazas de muerte de tiempo atrás junto a su colega Fernando Oviedo, de El Tiempo de Barranquilla. Quintero Torres y Oviedo publicaron en 1995, en El Heraldo y El Tiempo, Los Hijos de la Sierra, artículo en que atacaban a los paramilitares.

Proceso: Están detenidos: Jorge Eliécer Espinel Velásquez y Rodolfo Nelson Rosado, los dos autores materiales. La Fiscalía dispuso inspecciones judiciales para obtener los Diarios del Pilón y El Heraldo. Al momento de la captura de Rodolfo Rosado, alías El Pichi, se le incautó un revólver calibre 38 con un salvoconducto falso. La Fiscalía realizó las respectivas declaraciones juradas a la cónyuge y a los compañeros de trabajo. El pasado mes de marzo, antes del cierre de la primera etapa de la investigación, se practicó el reconocimiento en fila de los implicados con resultados positivos.

Irregularidades en el proceso: El primer testigo del asesinato, a quien se escuchó en diversas declaraciones no se quiso someter al programa de protección de testigos. Utilizó identidad falsa. La Fiscalía le solicitó a Fernando Ibarra, de la Presidencia de la República, el traslado de los dos sindicados pero Ibarra no colaboró, según advierte la propia Fiscalía. Se encuentra que la Fiscalía realizó correctamente la investigación en cuanto a los autores materiales pero no inicia aún la investigación de los autores intelectuales.

La investigación realizada por la SIP hasta el momento vincula a miembros del Ejército en la zona del Cesar debido a las amenazas de las cuales fue víctima Quintero por sus publicaciones. Las declaraciones del director del diario El Pilón y del comandante de la Policía de Valledupar así lo indican.

Otros: Se sabe que los asesinos conformaron grupos paramilitares. Cinco años atrás fueron expulsados de la organización por excesos. Y en el momento del asesinato eran sicarios a sueldo.

La investigación del caso Guzmán Quintero Torres

Los hechos, narrados por Oscar Martínez, colega de Quintero y quien estaba con él cuando lo asesinaron. "...Fue un jueves 16 de septiembre. Yo cumplía años dos días después. Guzmán quería celebrarme de manera anticipada. Una excusa para ir a tomarse un par de cervezas al cerrar la edición. Ese jueves, como todos los días Guzmán Quintero realizó la reunión de redacción. Empezó hacia las 7:30. Ese día no estuvo peleador como de costumbre. Terminó temprano la reunión y salimos hacia las 8:30 a buscar las noticias del día. Guzmán también salió. Regresó a medio día. Estaba de mal humor. No le habían pagado un dinero que estaba necesitando. Volvió a salir por la tarde. Como a las 4 regresó. Todavía más molesto. Había tenido un tropiezo con la policía. Le habían inmovilizado la moto por falta de papeles. El llegó a contarnos que había mandado a la Policía a trabajar a Pueblo Bello -corregimiento con serios problemas de orden público- donde la necesitaban. Pero a las pocas horas ya estaba tranquilo, sonriente. Aunque ese día no escribió, ni siquiera las notas principales como acostumbraba. Sólo redactó el pie de foto de primera página. "Quiero la Paz", decía. Hacia las 7 de la noche cuando ya terminábamos me dijo ¡Vamos profesor -así se llamaban entre ellos- por la cervecita!. Como sufro de fuertes guayabos acepté pero solo a una. Salimos del periódico en mi moto. Guzmán iba de parrillero. Nos acompañó, también en su moto, Edgar de la Hoz, el fotógrafo que había tomado la foto de la primera página y con la cual, Guzmán estaba muy satisfecho. Como siempre, Guzmán llevó consigo la edición del periódico que circularía al día siguiente con la primera página en blanco, espacio que utilizaba para escribir sus evaluaciones y los temas de los que hablaría en la reunión del día siguiente. Llegamos al bar del Hotel Los Cardones, que le gustaba a Guzmán. Nos sentamos en la misma mesa de siempre y él se ubicó en la misma silla, mirando hacia la calle. Hablamos de la edición. Nos convenció de tomarnos la segunda cerveza. Y la tercera. Cuando el mesero terminó de colocarlas sobre la mesa, un hombre entró y le disparó. Creo que ocho veces. Guzmán trató de parar las balas con sus manos. Corrí. Edgar se quedó inmóvil. Guzmán intentó correr pero no lo logró. Cuando lo vi, le salía sangre por la garganta y por la boca... En el lugar estaban tres tipos, de Maicao, creo. Y una pareja de Bogotá. Eran turistas. La policía llegó rápido. Como a los dos minutos..."

Qué escribió Guzmán Quintero

El mismo año en que lo mataron, dos meses antes, Quintero publicó tres artículos en primera página de El Pilón. El primero el lunes 10 de mayo. Tituló: Ejército asesinó a dos mujeres".

En la nota, el periodista denunciaba que una tropa del Grupo Mecanizado Rondón atacó un vehículo que se movilizaba por el corregimiento de Conejo en la Guajira. Ocho niños resultaron heridos y una de las mujeres muertas en el ataque estaba embarazada. Los militares, según la publicación, habían confundido a los civiles con una columna guerrillera que pasaría por la vía ese sábado 9 en la mañana. Quintero denunció que los militares, una vez advirtieron su error, trataron de colocar

proyectiles dentro del automotor para justificar su ataque. El Comandante del Batallón de la Popa no quiso darle declaraciones a El Pilón.

Dos meses después, en julio, Quintero publica otros dos artículos y titula: "Ejército dispara fuera de Polígono" y "Asesinadas cuatro personas en Patillal y Río Seco". -anexos- Esta es la historia: en prácticas de polígono el ejército disparó contra una casa en el corregimiento de Patillal, a 20 minutos de Valledupar. Hirió a un niño y mató varios animales. La madre del menor Saida Maestre, una vendedora de comida, fue a El Pilón en busca de asesoría. Quintero le aconsejó demandar al ejército. A la semana siguiente, en la madrugada del martes 6 de julio, tres personas fueron sacadas de sus casas y acribilladas en Patillal y Saida Mestre desaparecida. Según los pobladores, había sido obligada a subir a un vehículo descalza y en su ropa de dormir.

El viernes 10 su cuerpo fue hallado con varios impactos de bala y signos de tortura en los senos. Quintero lo denunció.

Las consecuencias

Según pudo establecer la SIP, militares del Batallón San Juan le solicitaron a las directivas de El Pilón presentar disculpas por el titular: Ejército asesinó a dos mujeres, a propósito del retén en la

Guajira. "Un general nos visitó", dijo el director del periódico, Dickson Quiroz y precisó: "conversamos mucho entre nosotros sobre el caso. Discutimos si nos correspondía". Las disculpas no se dieron. A Quintero lo mataron el 16 de septiembre de 1999, a las 10:30 de la noche.

Las autoridades

Tan pronto ocurrió el asesinato, la Policía de Valledupar al mando del Coronel Hernando Chitiva hizo circular el retrato hablado de los sicarios y ofreció una recompensa de 10 millones de pesos. Dos hombres fueron capturados gracias a la confesión de un testigo a quien la fiscalía le negó protección porque no quiso levantar la reserva sobre su identidad. Utilizaba identidad falsa. El testigo entregó a la policía las cáscaras de las balas que los sicarios habían dejado caer cuando la

moto en que se transportaban tropezó, en su intento por evadir a las autoridades.

Cuando la SIP asumió la investigación del crimen de Quintero a finales de febrero, la fiscal del caso, trabajaba sobre los móviles del asesinato y planteaba que podía tener relación con un artículo publicado por el periodista cinco años atrás sobre los paramilitares: Los Hijos de la Sierra. La Fiscal buscaba para esos días al testigo antes que los términos de la primera parte del proceso se cerraran el 30 de marzo. El testigo debía hacer el reconocimiento en fila de los dos detenidos. Dos sujetos con antecedentes de paramilitarismos y que estarían involucrados en el asesinato de la también periodista Amparo Jiménez.

Quién era Guzmán Quintero

Periodista de la Universidad Autónoma del Caribe en Barranquilla. Catedrático de la Universidad a Distancia UNAD. Trabajaba como corresponsal para Caracol Radio, Televista de Telecaribe, el noticiero NTC, El Heraldo y Radio Macondo. El tercero de cinco hijos, de una familia humilde. Su padre, Guzmán Quintero, pertenece al sector cooperativo del Cesar.

Estaba casado con la sicopedagoga Alcira Vitola. Era padre de dos hijos de 2 y 7 años, Camilo y Sebastián. Medía 1.68, era delgado, llevaba un bigote bien cuidado. "Despertaba a las 5 de la mañana todos los días. Leía los periódicos, escuchaba la radio, y con frecuencia dejaba el desayuno servido para irse a trabajar. El desafió a los actores de la guerra. A él lo amenazaron en 1995 cuando trabajaba en El Heraldo. Recibió dos llamadas telefónicas que lo obligaron a renunciar. Lo volví a ver preocupado el año pasado a propósito de una noticia sobre el ejército y un retén en la Guajira", contó la viuda a la SIP. Alcira Vitola insiste en que los compañeros de Quintero, Oscar Martínez y Edgar de la Hoz, no han querido decirle todo a la Fiscalía por miedo.

Ultimos hechos

La Fiscalía encontró al Testigo No. 1. Lograron por fin su identificación real y en esa medida le dieron protección y tomaron su declaración-identificativa de los sicarios detenidos. Encontraron a un Testigo No. 2 (nuevo). Este había estado en una gallera dos días después del asesinato de Quintero, cuando llegó al sitio uno de los sicarios (Alías El Parce) y se encontró con otra persona. Escuchó una conversación que se desprende de la pregunta: ¿Cómo le fue con la vuelta del periodista? El testigo fue a la Policía de Valledupar, puso la denuncia y recibió del Comandante Hernando Chitiva una moto para localizarlos. Los encontró y los identificó, coincidiendo con el primer testigo.