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Jaime Garzón
13 de agosto de 1999

Caso: Jaime Garzón



Condenado Castaño por el asesinato de Garzón:

11 de marzo de 2004
El País, Cali, Colombia

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Bogotá (11 de marzo del 2004).- El jefe político de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, Carlos Castaño Gil, fue condenado a 38 años de prisión y una multa de $790 millones tras ser hallado culpable como coautor del asesinato del periodista y humorista Jaime Garzón.

La sentencia fue emitida ayer por el Juez Séptimo Penal Especializado de Bogotá, Julio Roberto Ballén Silva.

"El homicidio de Jaime Garzón tuvo una finalidad terrorista. Su propósito fue el de producir escarmiento, infundir temor y llevar un claro mensaje a los intermediarios y familiares de los secuestrados, que mediar en ellos es un procedimiento inaceptable", aseguró Ballén Silva, al proferir la condena.

Para el Juez, en el transcurso del proceso se pudo constatar que el cabecilla de las AUC declaró a Garzón objetivo militar y ordenó su muerte.

En el mismo fallo se absolvió a Juan Pablo Ortiz Agudelo, alias ‘Bochas’, y a Edilberto Antonio Sierra Ayala, alias ‘Toño’, los otros dos procesados como coautores materiales del homicidio de Garzón, ocurrido a las cinco y media de la madrugada del 13 de agosto de 1999 en el barrio Quinta Paredes, en el occidente de Bogotá.

El funcionario consideró que ambos fueron involucrados en los hechos con testimonios falsos, preparados con anterioridad y con una clara intención de desviar la investigación.

Por esa razón ordenó compulsar copias a las autoridades competentes para que se investigue la conducta de los agentes del Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, que efectuaron la investigación, de cuatro testigos que rindieron falsos testimonios en el curso del proceso y la presunta participación de uno de ellos, identificado como Wilson Javier Llano Caballero, en la muerte de un declarante.

En sus determinaciones finales, el Juez también solicitó a la Fiscalía que "por separado y de inmediato prosiga la investigación para identificar y sancionar a los autores materiales y demás copartícipes del crimen del periodista".

Además, dispuso compulsar copias a la Corte Suprema de Justicia para que juzgue la conducta de la senadora Piedad Córdoba, quien se negó a declarar en el juicio sin justificación.

MUERTE ANUNCIADA. "Este es un caso similar al referido por el Nóbel Gabriel García Márquez en su obra Crónica de una Muerte Anunciada. Jaime Garzón se enteró de que lo iban a matar, lo comentó a familiares y allegados y no pudo hacer nada para evitarlo", aseguró el juez Ballén en sus consideraciones, citando apartes de la acusación de la Fiscalía.

De acuerdo con lo actuado en el proceso, las partes constataron con testimonios y pruebas materiales que Garzón mediaba en la liberación de numerosas personas secuestradas por la guerrilla, valiéndose de su fama y posición profesional.

El juez de la causa considera que los verdaderos autores materiales del crimen se encuentran huyendo. Se cree que serían hombres de confianza de Carlos Castaño. Esta labor generó críticas en su contra, las cuales arreciaron debido a que en varios casos actuó sin el conocimiento y el aval de la Gobernación de Cundinamarca, aseguró el Juez en la providencia.

La conducta del periodista generó sospechas y se empezó a señalar a Garzón de estar recibiendo contraprestaciones económicas por su labor. Sin embargo, en el proceso se demostró que siempre tuvo fines altruistas y humanitarios.

Jaime Garzón Sin embargo, Carlos Castaño lo declaró objetivo militar después de escuchar unas interceptaciones de comunicaciones suyas con algunos jefes guerrilleros con los que hablaba con bastante familiaridad.

Garzón desatendió la absurda orden pero el jefe paramilitar, al darse cuenta de ello, lo engañó y lo hizo bajar la guardia. Incluso, en el juicio se pudo establecer que ambos tuvieron algún tipo de comunicación por intermedio de Angel Custodio Gaitán Mahecha, quien se encontraba recluido en la cárcel Modelo de Bogotá por paramilitarismo, una semana antes del homicidio. De ese contacto se tiene la certeza que Castaño lo citó para que hablaran.

Pero no pudo encarar a Carlos Castaño. Un día antes del fijado para la entrevista, dos hombres lo asesinaron.

Una testigo excepcional

El señalamiento a ‘Bochas’ y ‘Toño’ resultó ser un montaje para desviar la investigación y procurar la impunidad de los verdaderos autores materiales del crimen, dijo el Juez.

María Amparo Arroyabe fue una testigo excepcional en el asesinato de Jaime Garzón. Acudió a los agentes del DAS a quienes les dijo haber visto todo desde un apartamento ubicado en el cuarto piso de un edificio ubicado a una cuadra del lugar donde ocurrieron los hechos. Detalló a los homicidas y logró hacer un retrato hablado de ellos. Posteriormente, los reconoció en fotografías y en fila de personas.

Según su descripción, quien disparó tenía 20 años, llevaba pasamontañas y un saco negro, medía 1,68 metros de estatura, su mentón era redondo, sus cejas pobladas, su nariz recta, su tez aperlada y trigueña, su boca pequeña y de contextura delgada. También describió con detalle la motocicleta, una 250 centímetros cúbicos, guardabarro delantero blanco y la parte de atrás roja. Hasta las botas de quien disparó las describió y dijo que eran marca Brahma, según consta en el expediente.

Esta versión fue calificada por el juez de inverosímil y en su providencia afirmó que "no resulta descabellada la opinión de los sujetos procesales, quienes dan por hecho que la testigo estaba aleccionada y su relato no tiene ninguna validez". Además, la testigo desapareció y después se probó que desde la ventana donde dijo haber estado no había visibilidad al lugar donde ocurrió el asesinato.

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